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Dehesa Vichira

Zeus
El barranco de Vichira, que sale de la Sierra a través de un estrecho desfiladero, en uno de los rincones más evocadores de todo el Parque Natural de las Sierras Subbéticas.
dehesa Vichira

 José Aumente Rubio

La Sierra de la Horconera se levanta vertiginosamente sobre un valle pleno de olivos. En la vertiente norte del pico Bermejo, se alcanzan en un instante diferencias altitudinales de casi 500 metros, y las paredes, prácticamente verticales, caen a plomo, haciendo inexpugnable este farallón rocoso.

Únicamente algunos arroyos se abren paso a través de la dura roca caliza, dando acceso al interior de esta sierra, que pasa por ser la más abrupta de la provincia de Córdoba. El paso más conocido es el del puerto del Cerezo, pero hay otros barrancos que compiten en belleza con este emblemático puerto.

Uno de ellos es el barranco de Vichira, que sale de la Sierra a través de un estrecho desfiladero, en uno de los rincones más evocadores de todo el Parque Natural de las Sierras Subbéticas. Como telón de fondo de un hermoso prado, al que dan sombra inmensas encinas, se elevan enormes paredes rocosas que culminan en el Jardín del Moro, punto más elevado del cerro del Poyato, donde se conservan los exiguos restos del legendario castillo de Tiñosa.

La dehesa de Vichira está considerada arboleda singular y como tal aparece en el Catálogo de Árboles y Arboledas Singulares de Priego de Córdoba, que incluye además siete de los ejemplares de encina que forman parte de la mencionada arboleda.

En la base de datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía se incluyen, como yacimientos arqueológicos, Dehesa Vichira y Llanos Vichira. Del primero se dice: «Al noroeste del cortijo Vichira, bajo el yacimiento del Jardín del Moro y el pico Bermejo, se extienden unos llanos y suaves pendientes donde aparecen restos de muralla de grandes piedras en toda la ladera norte (probablemente de épocas Almorávide y Almohade), donde incluso aparece un bastión rectangular.

Bancales de aterrazamiento en la ladera sureste. En la parte baja de la ladera oeste, en el perfil cortado por el camino, aparecen varias inhumaciones en fosas. De aquí procede también una tumba recuperada, que se expone en el museo de Priego, de cronología visigoda. Cerámica y tejas más abundantes en la ladera sureste». Con respecto al segundo yacimiento, denominado Llanos Vichira, se ha encontrado industria lítica en sílex, del paleolítico superior, y fragmentos de cerámica romana (común y tegulae) y vidriada.

Para llegar a la dehesa de Vichira debemos coger un camino que se inicia cerca del kilómetro 15 de la carretera A-3226, que une Rute con Carcabuey. Al llegar al cortijo de Vichira, en estado ruinoso, veremos que está rodeado de una frondosa vegetación, que incluye membrilleros, nogales, almendros, naranjos, higueras, pinos piñoneros, palmeras y enormes eucaliptos.

Después de pasar el cortijo, llegaremos a un cruce donde se enlaza con el sendero de gran recorrido GR-7 y el cordel de Rute a sierra Horconera. Nos desviamos por el camino de la derecha y llegaremos la fuente de Vichira, manantial poco caudaloso que drena materiales detríticos algo cementados del Pleistoceno o más antiguos, adosados a los abruptos relieves calcáreos de la Sierra de la Horconera y apoyados sobre terrenos margosos del Cretácico.

La fuente consiste en un frontón de piedras unidas con forma triangular, sin caño originalmente (sólo con una piedra labrada a modo de vertedero), adosado a un pilar de planta rectangular dividido en dos segmentos y con drenaje a distinto nivel. El pilar vierte en una gran alberca de regulación para riego y abastecimiento, aunque sin uso actual. Al lado de la fuente hay un cartel informativo del Parque Natural sobre la ganadería en la sierra.

El camino asciende y rodea la pequeña dehesa, para finalizar en una cantera abandonada, al pie del cerro del Poyato. Al borde del mismo podemos encontrar cinco de las encinas centenarias que aparecen en el Catálogo de Árboles y Arboledas Singulares de Priego. También hay varios nogales, siendo la retama la especie arbustiva dominante.

Enormes encinas

A unos 90 metros de la fuente, y dentro de un amurallado derruido, junto a unas antiguas parideras de cochinos, se localiza la Encina del cortijo de Vichira I, cuyo tronco está totalmente hueco y su follaje es poco denso. Se le estima una edad de 450 años. Un poco más abajo que la anterior, algo a la izquierda y dentro de otro antiguo amurallado de piedra, se encuentra la Encina del cortijo de Vichira II, que se incluye también en el catálogo elaborado por la Junta de Andalucía. Destaca por su perímetro de tronco, que alcanza casi los 5 metros, y su edad próxima a los 500 años. Una vez rebasemos las encinas anteriores y ascendamos hasta una curva pronunciada a la izquierda, llegaremos a la Encina del cortijo de Vichira III, que queda en el margen derecho del camino, inclinada en el terraplén.

A la altura de la anterior pero al margen izquierdo del camino, sobre un montículo del terreno, podemos encontrar la Encina del cortijo de Vichira IV, con buen estado de conservación, aunque el tronco está comenzando a ahuecarse. Casi al final del camino, y cerca de una antigua construcción de una cantera abandonada, se encuentra la Encina del cortijo de Vichira V, de porte muy singular, que le confieren la forma y orientación de sus grandes ramas. Unos 300 metros antes de la cantera, en una vaguada que queda a nuestra derecha se encuentra la abandonada y seca fuente de la Majada Medina.

Más alejadas del camino se encuentran la Encina del cortijo de Vichira VI, de una edad estimada de 350 años, y la Encina del cortijo de Vichira VII, de unos 250 años de edad, situada unos 500 metros hacia oeste, en las proximidades de una era.

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