29 de septiembre de 2019
Terril
Día caluroso escogimos para acometer otra de las cumbres de nuestro reto “8 cumbres provinciales de Andalucía”, el Terril en la Sierra del Tablón.
Nos dirigimos a Pruna y a unos 3 km. dirección Algámitas, dejamos el coche en el Mirador de la Ventana, siguiendo la carretera 500 m. aprox, encontramos la tablilla del sendero al Terril.
Iniciamos el ascenso por un sinuoso y exigente sendero bien abrigado de vegetación, hasta alcanzar una loma menos pendiente y limpia de arbustos. El sendero, bien marcado, continuaba hasta que una hora después coronamos el geodésico del Terril (1.127 msnm.). Preciosas vistas desde este paraje y al norte la enorme mole pétrea que conforma el Peñón de Algámitas, nuestro siguiente objetivo montañero del día.
Preguntamos a un corredor oriundo, que nos orientó sobre el sendero que desciende por la Sierra del Tablón, sendero muy bonito entre abundante matorral, lentiscos, coscojas, esparragueras, espinos, acebuches, algarrobos, alhucemas, así mismo el palmito y el tomillo siendo estos sustituidos por las salvias y espliegos en las partes altas, hasta el Puerto del Zamorano, donde después de recorrer unos metros por carretera, alcanzamos el deposito que nos serviría de referencia para comenzar el ascenso al Peñón de Algámitas (1.121 msnm).
Peñón de Algámitas
Muy exigente el cortafuegos de inicio hasta alcanzar los tajos que por su cara oeste nos guiarían a través de un corredor algo expuesto y muy empinado que se hacia mas llevadero por la ayuda de unas cadenas que hay ancladas.
Pronto alcanzamos la cumbre, donde MiguelA, “nos los puso de corbata”, por su arriesgado ascenso a la máxima cota entre gigantescos roquedos. Espectaculares vistas a la Sierra del Tablón que habíamos recorrido, a Algámitas y al camping desde el que parte otro sendero de ascenso por su cara sur y con mayor riesgo debido a los mayestáticos tajos que allí se dibujan.
Descenso al suroeste buscando la carretera que divide ambas sierras hacia el Rancho del Guiriguí y de aquí al Mirador de la Ventana donde dejamos el carro.
Pd: Pensábamos encontrar una ruta de puro trámite por su escasa altitud y descubrimos una excursión de lo más variopinta, bonita y recomendable. Bosques, grandes roquedos, “una mijita de escalada”, lapiaz y el colofón final “ el excelente fino morileño que cultiva Luis, acompañado de un gran queso manchego y caña de lomo”.
¡que maravilla!.
