12 de septiembre de 2021
Por el Tranco del Lobo al Guadalentín
Este 2º día de ruta por tierras cazorleñas, emprendimos una salida en busca de lo que casi se había convertido en una obsesión, la desembocadura del arroyo de los Tornillos del Gualay en el Guadalentín a través de la Cerrada de Cañaliega, en el fondo del Puntal de la Atalaya y los Torcales de Pedro.
Arrancamos desde la Casa Forestal del Picón del Molinillo por una bonita dehesa hasta alcanzar el celebre Puente de la Herradura para pronto sumergirnos en la espectacular y frondosa Cañada del Mesto en la vertiente este del Guadalentín y abrigados por el Torcal del Lobo.
Mas adelante fuimos avistando como se levanta a nuestra derecha la Cuerda de la Marcolla y el Tranco del Lobo, lugar cercano a nuestro objetivo en la otra vertiente del Guadalentín.
Atravesando varias cortijadas en ruinas y otras en perfecto estado de habitabilidad, ya cercanas al Vado de las Carretas, nos sumergimos en el senderillo que circunda el Arroyo y por un espeso bosque de ribera, Juli se encargó de dar con el citado desagüe del Gualay.
Refrescón en el Guadalentín, donde el fango lo permitía por sus características y por ser época postestival donde las lluvias llevaban tiempo sin aparecer y el caudal de agua era escaso.
Vuelta al coche por el mismo lugar sin bajar hasta la cañada del Mesto, resultando una muy bonita ruta donde abundan las ruinas de cortijos, seña de la gran actividad que hubo allí antaño.
Egatracker: Juli, Domin y el que suscribe.