Valdecañas
Camino Viejo de Cabra en el tramo que conecta con Priego de Córdoba.
JOSÉ AUMENTE RUBIO
En época árabe, el territorio de la cora de Cabra estaba surcado por una serie de caminos que seguían en líneas generales los pasillos excavados en las margas triásicas que surcan las cadenas Subbéticas, enlazando la costa mediterránea con el valle medio del Genil y con la campiña de Córdoba. Uno de estos caminos era el camino Viejo de Cabra, cuyo trazado viene a coincidir aproximadamente con la carretera A339 (EstepaAlcalá la Real), en el tramo que conecta Cabra (antigua Egabro) con Priego de Córdoba (pequeño núcleo poblacional en época romana que en el periodo árabe alcanzó mayor importancia, denominándose Medina Baguh), pasando por Ipolcobulcula (cerro del Castillo de Carcabuey). Esta importante ruta discurría por el conocido como «pasillo de Carcabuey», atravesando el puerto del Mojón.
Aunque, como hemos comentado, hay suficientes indicios de que en su origen debió ser un antiguo camino romano, su importancia era reducida, tratándose probablemente de un camino vecinal sin grandes obras de infraestructura. Habrá que esperar hasta principios del siglo X para que se generen los incentivos suficientes como para que transformen ese camino en el eje primordial de la red comarcal. La necesidad de comunicar Madinat alBaguh (Priego de Córdoba) con el resto de las rutas de al-Ándalus provoca la ordenación de un camino directo entre Qurtuba y Baguh, arrecifado y dotado de infraestructura pontonera.
La ruta permitía, además, la comunicación entre dos importantes vías que bordeaban la comarca por el este y el oeste, las que unían Granada y Málaga con la capital del Califato, respectivamente.
En este período, Carcabuey se denominaba Karkabul, que viene a significar «puertecillo de montaña», y representaba un importante paso estratégico. Por esta razón, y dada su situación fronteriza, esta población pasó sucesivamente de manos de musulmanes a cristianos, y a la inversa, hasta que los cristianos la conquistaron definitivamente en el año 1341. Durante la Baja Edad Moderna la importancia del camino está en función de su uso como ruta alternativa hasta Granada por Alcalá la Real. Sería un camino fundamental para la comunicación interna del Señorío de Aguilar, pero sin importancia económica. El camino debió de tener cierta relevancia para el abastecimiento de Alcalá la Real durante la Guerra de Granada. Este camino se mantiene en uso en 1830, pero como enlace de herradura para la posta de ruedas de Cabra a Alcalá la Real.
En el término de Carcabuey, este viejo camino coincide con el trazado aproximado de una vía pecuaria, a lo largo de 9 kilómetros, la vereda del camino de Priego a Cabra, que sigue en paralelo, y cruza en varias ocasiones la carretera A339, cuando no coincide con su trazado.
Vamos a centrarnos en la primera parte de este antiguo itinerario.
Desde el puerto del Mojón, en el límite con el término de Cabra, desciende la vereda, prácticamente perdida, por el valle del arroyo de Valdecañas, entre el trazado de la actual carretera y la antigua, que pasaba por las puertas del cortijo y fuente del mismo nombre.
Cañada del Chocolaero
JOSÉ AUMENTE RUBIO
Al comienzo del descenso desde el puerto del Mojón se puede observar, a la izquierda, en dirección norte, una zona hundida por fallas que el arroyo del Chocoladero ha aprovechado para trazar su recorrido. Se puede ver con gran nitidez el escarpe de línea de falla existente entre la vertiente estructural del área de Los Lanchares y las margas cretáceas, que aparecen aquí enforma de fosa tectónica entre ésta y el área de Pelpitre, a favor de los procesos de erosión efectuados en cabecera por el arroyo del Chocoladero. Estas fallas se formaron ya en el Jurásico, hace aproximadamente 600 millones de años, y han sido retocadas por movimientos posteriores. El paisaje que observamos está formado por series de diferentes rocas que se depositaron en el mar de Tethys, principalmente en el Jurásico, y que durante la formación de la cordillera Bética fueron deformadas, fracturadas, montadas unas sobre otras (cabalgadas), etcétera.
La erosión posterior ha dado lugar a formas muy diversas de montañas y paisajes del parque natural.
Asociadas a estas rocas se pueden ver algunos ejemplos de la flora mediterránea más típica, como el formidable manchón que se dispone en la cañada del Chocoladero, con ejemplares de encinas y quejigos centenarios, y numerosas cornicabras de gran porte, que en el otoño adornan de tonos rojizos la ladera occidental de la sierra de Pelpitre. Por detrás de la fuente de Valdecañas parte un camino que conduce a una cantera abandonada y desde allí se puede tomar un senderillo que se introduce en esta masa boscosa y asciende hasta el collado del Navazuelo, pasando por la fuente del Chocoladero.