3 de enero de 2016
Desde el Centro de Visitantes de Santa Rita, al pie de la Sierra de la Cabrera, iniciamos esta ruta que hacía tiempo rondaba la cabeza de Miguel, en busca de un bonito y umbrío bosquecillo, que al final no encontramos. Tomamos el senderillo micológico, aunque de setas nada, dirección SE hasta rodear esta sierra y llegar a la Dolina Salamanca, cubierta por una abundante vegetación, entre una espesa niebla y una lluvia “meona” intermitente, lentiscos y coscojas con un piso algo resbaladizo por lo rocoso del Lapiaz. Alcanzamos el llano (poljé) de Palojo y lo rodeamos hasta la alambrada lindera de la finca Los Hoyones, habiendo despejado algo ya la niebla que nos permitía ver la cumbre de esta sierra y enfrente la del Morrón de Salmerón o Camorrilla.
Estudiamos un poco el terreno con objeto de divisar para una futura vuelta, el bosquecillo que parece quedar ubicado en la cara sur de esta sierra más arriba de este llano.
Disfrutamos de una generosa camada de caballos que pastaban en el llano y de los comederos de las aves carroñeras de estos parajes. Nos comimos un buen bocata y un chorrito de Moriles, hicimos las fotos de turno y volvimos a Santa Rita.
Es seguro que habrá que volver hasta que demos con “el bosquecillo encantado” que mentaba Miguel, además de ser una sierra muy peculiar y frondosa con algunas formaciones geológicas de interés, Cueva de la Nava de Palojo, Dolinas, la gran Cornicabra de la Nava y un caminar bastante agradable, pudiendo aprovechar incluso para subir al alto de Salmerón (1.029 m.) que queda cerca, a través si somos capaces, del Llanillo Hogazal y las cercanías del Cortijo Escuchas.
José Antonio Espejo
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